Restaurante Saika, Mangirón (Madrid)

Cuando me dijeron que íbamos a comer comida japonesa en una casa rural en un pueblecito cerca de Buitrago (a unos 80 km de Madrid), pensé que me estaban tomando el pelo...  pero no, real como la vida misma.
La casa rural, llamada Saika, tiene un encanto especial. Un jardín cuidado con esmero y todo tipo de detalles. Por lo visto lo lleva una pareja y, por lo que me pareció entender, la mujer era japonesa.
Y allí que fuimos... si se quiere comer sushi es necesario encargarlo... luego pedimos un segundo cada persona, un postre y a rodar...
Debo decir que me pareció realmente bueno... se podía notar que toda la comida estaba hecha con verdadero cariño, perfectamente presentada, deliciosa…
Fantástica la relación calidad precio.
Yo de segundo me pedí una ternera al curry con arroz que quitaba el hipo... y, aunque no soy de postres, destacar el fantástico Apfelstrudel templado con cerezas y helado de vainilla...
Vamos, que aunque haya que hacerse unos kilómetros desde Madrid para llegar a ella, merece la pena…incluso me parece una buena opción quedarse a pasar la noche.

(Me flipó el color de todas las flores ...)

Casa Rural, Gallineta de Gata (Almería)

Este fin de semana he estado en La gallineta de Gata, en Almería,  una casa rural espectacular situada en medio de una montaña. Si bien es verdad que el mar está algo alejado (unos 20 km) se compensa con la tranquilidad de estar apartado del mundo... además dispone de una fantástica piscina.

En el pueblo de Carboneras hay una pescadería de esas de toda la vida, así que unas buenas gambas de Garrucha, acompañadas de un buen vino, en el porche de la casa... y que se caiga el mundo si quiere...

La casa es bien grande (se puede alquilar por habitaciones o alquiler completo, pero yo prefiero esto último, así se está mucho más tranquilo), sitio para 12 personas en la casa principal y además se pueden alquilar dos casitas más que están fuera.

Perfecto para ir unos días con amigos, pero no te olvides la bebida ni nada imprescindible, pues allí no hay nada..

La casa 

Pescaderías... 

La Castela, Madrid

Ir a la Castela sólo significa una cosa: vas a vivir una experiencia inolvidable. Sentarse a comer en el salón resulta algo más caro, pero dedicarse a tapear en la barra, si tienes la suerte de poder entrar (normalmente está lleno hasta la bandera), es una experiencia única... 

Es obligatorio probar el milhojas de ventresca ... 

Y a partir de ahí ya puedes dar rienda suelta al placer: en esta ocasión nos decidimos por unos garbanzos con langostinos y un arroz meloso con pulpo y calamares… de postre un brownie con un pastel relleno de crema y manzana (tendría un hombre precioso que yo, evidentemente, he olvidado). 

Ni que decir tiene que tanto la señora Pozu como yo nos chupamos los dedos. Es más que recomendable... y sí, volveré una y otra vez....