Si no te pierdes, hecho que es muy de agradecer, en una hora y cuarto, más o menos, te plantas en Miguelañez. La casa en la que nos hemos alojado este fin de semana se llama Peñamora.
La casa dispone de cinco habitaciones todas ellas con cuarto de baño, lo que supone una verdadera comodidad (las fotografías de la web son bastante buenas, así que decidí no hacer) igualmente dispone de un enorme patio que, si tiene suerte con el tiempo, será el lugar adecuado para los aperitivos y una estupenda barbacoa.
Nosotros es que tuvimos que luchar contra una lluvia en forma de cubos de agua, así que no pudimos usarlo absolutamente nada.
Los dueños de la casa nos dejaron una cesta de bienvenida a base de magdalenas de la zona, huevos de granja, leche y un chorizo. Mola. El revuelto quedó estupendo.
Aunque el pueblo no tiene nada que ver, sí que existen gran cantidad de rutas para hacer por los alrededores.
Tampoco está lejos el castillo de Coca, la propia Segovia se encuentra exactamente a un cuarto de hora.
Allí además realicé mi primer pan de leche grande. Un éxito absoluto.
Ya llevaba un tiempo en mi listado de lugares a visitar... y al final lo hice. El Cocinillas
A pesar de ser un miércoles, el sitio estaba bien animado, cosa que me alegró sobremanera. Es buena señal.
Lugar blanco e iluminado de forma indirecta, muy acogedor.
Carta escrita a mano y nos costó decidirnos... muy apetecible todo.
Raciones de buen tamaño y con una delicada presentación. Cenamos un timbal de aguacate con chipirones a la plancha, unos raviolis con un nombre largo y rimbombante que no recuerdo, unas vieiras sobre crema de calabaza y de postre un tiramisú muy rico y una crep con naranja y frambuesas, que debo decir en su contra que estaba ligeramente cruda.
Muy buena la relación calidad de precio y encantador el dueño y regente del lugar. (¿Julián?, ¿Se llamaba Julián? Vaya cabeza la mía... ).
Me hizo mucha gracia leer en un post el comentarios de que las mesas eran un tanto largas y no le podías dar un beso a la persona que tenías enfrente... así que, ya sabes, id besados de casa... jajajja
Muy, pero que muy recomendable. Yo repetiré.
A pesar de ser un miércoles, el sitio estaba bien animado, cosa que me alegró sobremanera. Es buena señal.
Lugar blanco e iluminado de forma indirecta, muy acogedor.
Carta escrita a mano y nos costó decidirnos... muy apetecible todo.
Raciones de buen tamaño y con una delicada presentación. Cenamos un timbal de aguacate con chipirones a la plancha, unos raviolis con un nombre largo y rimbombante que no recuerdo, unas vieiras sobre crema de calabaza y de postre un tiramisú muy rico y una crep con naranja y frambuesas, que debo decir en su contra que estaba ligeramente cruda.
Muy buena la relación calidad de precio y encantador el dueño y regente del lugar. (¿Julián?, ¿Se llamaba Julián? Vaya cabeza la mía... ).
Me hizo mucha gracia leer en un post el comentarios de que las mesas eran un tanto largas y no le podías dar un beso a la persona que tenías enfrente... así que, ya sabes, id besados de casa... jajajja
Muy, pero que muy recomendable. Yo repetiré.
Publicado por
Lilahexe
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