Restaurante Filandón, Madrid

Tenían ganas de visitar El Filandon y por unas cosas u otras nunca conseguí hacerlo, así que cuando me convocaron para ir a cenar, no lo dude ni un instante...
Al ser de noche tampoco pude ver demasiado el entorno en el que está enclavado el restaurante, por lo que tendré que repetir al mediodía para verlo, pues me han comentado que es estupendo.

Lo bueno de ir unas cuantas personas es que se pueden probar muchas cosas (tartar de atún, setas con carabineros, burrata, pan de cristal con tomate, croquetas)  y como colofón hubo un rape... lástima que por alguna razón que desconozco se escabulló de mi fotografía.

Sin lugar a dudas repetiré (Toni, esto va por ti).

Gastrohomemicue, Santo y seña.

Me comentan que si quiero ir a un cumpleaños, pero que no me pueden decir dónde voy. Que no soy yo de muchas sorpresas, es más, nada, así que al final acepto pero voy un poco de puntillas… tan de puntillas que pienso que únicamente voy a estar allí lo que dura una cerveza y casi que voy a salir corriendo.
Llegó al lugar acordado, comenzamos a andar, centro de Madrid, y de repente me paran delante de una casa. Aquí es. Llaman el timbre. Nos abren la puerta. Una inmensa mesa de madera vestida para la cena y al fondo una cocina.
Nos disponemos a cenar allí. Nosotras somos 7, pero hay 2 personas más.
Lo único que me piden encarecidamente es que no revele la dirección del sitio. Y no lo hago.
Simplemente si quieres más información puedes pinchar aquí.
Y como muestra, unas fotos.

Una noche francamente interesante.