Si pasas por delante del de Infanta Mercedes, nunca te detendrás en la puerta... un sitio más bien anodino con unos azulejos de los 80 que no invitan a nada...
Fuimos un sábado sin reversa... error, pues estaba hasta la bandera... eso sí, nos hicieron un hueco a primera hora y allí que nos agazapamos.
Como sólo éramos dos, pedimos una pizza de verduras y una pasta con champis y trufa...
Pero oye, que estoy deseando volver a probar la pasta rellena, más pizzas, los rissotto y todo lo que caiga en mi mano.. o, mejor dicho, en mi boca.
Una verdadera delicia.