Desde luego que el cambio ha sido radical pero el resultado fantástico. Especial mención a las croquetas de carrilleras con caramelo de violeta… se deshacían en la boca, el calamardo, una especie de rollito relleno de chipirones, con camarones y algas... una pasada... Un tomate Zen que realmente es una ensalada hecha pasta... vamos, que lo mismo no me explico yo bien pero lo mejor es acercarse a probarlo...
En general todo buenísimo, como viene siendo lo habitual. Tengo que volver a seguir probando platos. Ah, y remarcar que la relación calidad-precio es extraordinaria.
Y una advertencia, si quieres conseguir algún taburete alto para sentarse, lo mejor es que caigas por allí entre 8 y las 8:30 de la tarde, que luego está hasta la bandera, y yo que me alegro por ellos.
Croquetas de carrilleras y violetas
Una hora menos
Tomate Zen
Calamardo
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