miércoles, 26 de noviembre de 2014

Goiko grill, Madrid

Ir corriendo, comer exclusivamente dos mandarinas (eso sí, cogidas del árbol con mis propias manos) y un yogur (eso sí, hecho por mí) y seguir corriendo...
A las ocho de la tarde estoy a punto de comerme aquella farola...
¿Una hamburguesa en el Goiko grill? Dicho y hecho.
Allí nos plantamos, a un horario puramente europeo y con unas ganas terribles de hincarle el diente a una maravillosa hamburguesa...
Repetiré. Llevaré a una gente que en sé positivamente que les va a gustar. Estupenda relación calidad precio.

Eso sí, procura que no te pongan en la mesa de al lado de la puerta (hablo del local de María de Molina... Estuve a punto de la congelación). Iré a conocer el otro.

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